Era un hombre que vivía en la calle como un indigente pobre y mantenía los actos de robar bragas de las mujeres en los tendederos. este no solo se limitaba a esto, puesto que también acosaba a las mujeres de la calle mientras caminaban para que no siguieran su camino, y es por esto que sacaron del pueblo a este hombre advirtiéndole que no regresara o lo correrían a patadas del pueblo.
El tiempo paso y todo parecía andar en ruedas, sin embargo, un día los
robos de panties regresaron al pueblo sin embargo ahora no estaba el indigente
para robar y esta vez era un perro negro de aspecto horrible que tomaba la ropa
de las mujeres y se la llevaba corriendo.
Nadie quería meterse con el perro puesto que a pesar de ser un perro era muy audas y alto, hasta que un día un hombre que se encontró de cara con el perro en las calles del mercado agarra un palo y le da sus palazos a lo loco,
El perro de tantos golpes chillaba y se revolcaba, pero el castigo del hombre seguía,
hasta que el perro dejo de moverse y su cuerpo poco a poco se convierte en el
hombre indigente que alguna vez habían echado del pueblo. Siendo este un nagual
que había regresado pero ahora con forma de canino